El paseo puede llegar a cambiar mucho la vida de un perro, es una de las formas más directas de enriquecer su rutina diaria y sobre todo, si no se realizan correctamente, pueden llegar a generar problemas a largo plazo.

Introducción

El artículo trata de explicar algunos puntos importantes sobre el paseo como un elemento a revisar en perros con problemas de comportamiento (ya sean leves o severos). Se debe tener en cuenta que el paseo es un elemento terapéutico para mitigar casos de: agresividad, miedo, estrés crónico, ansiedad por separación, esterotipias, etc. No debe entenderse que el paseo es el único elemento a revisar para tratar cierto problema de comportamiento. En ningún caso, la intención del artículo es afirmar que el paseo es la “solución a todos los males”, pero sí que será una importante mejora en la calidad de vida del perro en terapia, ya que es en los paseos donde el perro se relaciona con el mundo de una manera más abierta. Sin duda, una revisión en la forma de realizar los paseos provocará cambios positivos en otras áreas de mejora de la calidad de vida del perro.

Si sois de Madrid y por algún motivo la vida da un vuelco y los paseos empiezan a ser poca calidad o reducidos os aconsejo que uséis servicios de Únelo a Nuestra Manada, en Bilbao también recomendamos los servicios de paseos y adiestramiento canino de DogGuau. Vuestro perro no tiene que pagar los platos rotos cuando el trabajo o la salud se complica.

Asunciones iniciales

Antes de comenzar a escribir sobre  lo que debe tener o no un paseo, hay varias aclaraciones que veo imprescindible realizar:

    1. La frecuencia de los paseos: Como mínimo un perro debe dar dos paseos si queremos que sea capaz de hacer sus necesidades en la calle, que sea el mínimo no quiere decir que sea lo óptimo. Los adultos deberían salir tres veces si no tienen problemas de movilidad graves y un cachorro EVIDENTEMENTE debe salir más de tres veces si queremos que aprenda rápido a “hacer sus cosas fuera”. En cuanto a los horarios, siempre que los horarios lo permitan, seleccionaría siempre las horas de luz natural para que los perros sin acceso a luz sin filtrar (los cristales filtran gran parte de la radiación UV) pueden recibir esos rayos tan necesarios para llevar a cabo procesos fisiológicos imprescindibles (en verano se deben evitar las horas de más calor).

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  1. El espacio no es equivalente a un paseo: Como ya se ha comentado anteriormente en otros medios (véase este ejemplo, pero hay muchos más) el tener un jardín no exime a los responsables de dar los paseos necesarios a su perro. Los argumentos de mitómano no son plausibles “me lo ha dicho mi veterinario, que con el jardín que tiene le sobra” (en tono altivo y alardeando de jardín 🙂 ), a mí me da igual que lo diga un veterinario o lo diga el Sursum corda. Un jardín sigue siendo una “celda de calidad”, pero una celda al fin y al cabo. En un jardín no pasan perros dejando mensajes olorosos, tampoco hay contacto con otros perros sin obstáculos de por medio, no existe ni un 10% de la variabilidad de estímulos que hay en la calle.
  2. Los paseos son importantes para solucionar problemas, pero también pueden ser el origen de muchos si no se realizan con ciertas premisas. Una vez escuche a una vecina decir que sus perros eran agresivos aunque les daba religiosamente sus tres paseos. Hay detalles que cambian todo, en este caso, los perros han salido siempre  a la calle tres veces sí, pero se les priva de cualquier contacto (sólo visual) con otros perros y por supuesto ante el mínimo intento de aproximarse a otros perros siendo muy jóvenes ya se llevaban una buena bronca con sus tirones correspondientes con el collar de castigo. Asociación clara: Si me intento aproximar a otros perros entonces siento dolor, por tanto los perros son una fuente de dolor. Resultado: Agresividad intraespecífica. En este caso se puede ver un ejemplo de problema de comportamiento creado en los paseos.

Elementos de un paseo

paseo-alegre_iiCreo que es complicado resumir todo lo que un paseo debería tener para ser un paseo “de calidad”, pero voy a poner a prueba mi capacidad de síntesis 😉

Para el paseo comenzaremos revisando los elementos necesarios: Longitud de la correa, elegir preferiblemente arnés, premios para reforzar lo que nos guste, bolsas para no dejar heces… ¡Y nos vamos a la calle!

El paseo debe realizarse de forma tranquila y sin apremiar al perro, nunca debemos meterle prisa para que deje de oler una esquina, un árbol o cualquier otro elemento. Con este cambio podemos mejorar mucho más de lo que parece. En un paseo de calidad deberían aparecer siempre que se pueda:

  • Tramos atados (supongamos que es obligatorio en el 99% de los casos). En estos casos aunque no tenga libertad total se debe ir permitiendo el olisqueo de los objetos que al perro le llamen la atención. Cada información que reciba estará estimulando su cerebro y haciendo trabajar a una gran parte de él.
  • Periodos de libertad: Si es posible y la llamada es fiable deberíamos intentar que nuestro perro camine suelto en algún tramo del paseo, si existen zonas habilitadas para ello o bien si tenemos cerca algún camino o área no urbana.
  • Ejercicios de búsqueda (realizar en áreas sin otros perros para evitar que compitan por los trocitos de comida): Cualquier actividad de rastreo es beneficiosa siempre y cuando se realice sin exigencias. Lo mejor para rebajar los niveles de estrés es realizar juegos de búsqueda de su comida. El ejercicio de rastreo debe ser adaptado a la dificultad que el perro tolere y siempre presentar variaciones, veamos un ejemplo de progresión en la dificultad:
    • Sin controlar al perro antes de dejar la comida, esparcir unas bolitas de pienso y que se las coma en una zona de césped.
    • Sin controlar al perro antes de dejar la comida, lanzar distanciadas unas bolitas de pienso y que se las coma en una zona de césped.
    • Añadir control con sentado/tumbado al inicio de la búsqueda.
    • En lugar de esparcir bolitas, dejar un montoncito (sin esparcir) sin que el perro conozca su posición y después liberarlo en la zona para que encuentre el pienso.
    • Lo mismo que el anterior pero reduciendo el número de bolitas (intensidad del cono de olor)
    • Ampliar área de búsqueda, siempre que se amplíe el área se debe aumentar la intensidad del cono de olor (agrandar el montoncito) para ayudar al perro a encontrar su objetivo.

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IMPORTANTE: Los ejercicios de búsqueda tienen como objetivo mantener al perro concentrado en unos niveles de activación bajos (no es una actividad que excite mucho al perro). En todo momento el refuerzo es encontrar la comida, no se debe aumentar ese refuerzo lanzando juguetes para que corra o ser muy expresivo con la voz ya que puede romper esa concentración necesaria para estas actividades.

  • Socialización, socialización y más socialización. El contacto social es un fuerte reductor del estrés en perros con problemas de miedo/agresividad con otros perros. Si es posible, sería muy beneficioso soltar al perro con “sus colegas perrunos” en un área donde puedan saludarse, correr libremente, reconocer sus olores, etc. Siempre debería ser un contacto social “no forzado” donde no se intervenga con elementos externos como palos, pelotas u otros objetos que puedan provocar enfrentamientos entre los perros.
  • El paseo del perro es su recreo y uno de los momentos que más calidad de vida le aportarán si se hace de forma correcta (y le restarán si no son paseos de calidad), por favor, DEJA TU TELEFÓNO para otro rato. Pasear a tu perro no es una cuestión de cantidad de tiempo dedicado al paseo, hay paseos largos de mala calidad y paseos breves que cumplen con las expectativas de un perro, ¿Podrás dejar tu teléfono 15 minutos? Espero que si.

Gracias por las ilustraciones de DoggieDrawings

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¡Pídenos información! Un fuerte abrazo, Javi Martínez.